1. Diálogo primero marco conceptual en materia de conflicto y conflictividad social

 

El conflicto es una situación social en la que dos actores (partes), como mínimo, manifiestan y creen tener objetivos incompatibles sobre un mismo objeto de interés. (Kriesberg) O luchan por conseguir, de manera simultánea, un conjunto de recursos escasos (Wallensteen, 2019). Estos recursos se pueden entender como físicos: tierras, acceso al agua, mercados, bienes, o simbólicos: sentimientos, valores, creencias, percepciones o posiciones de poder, entre otros.

Por su parte, la conflictividad social se refiere a aquella situación en la que dos o más grupos tienen intereses incompatibles, se hace público el desacuerdo y buscan movilizar apoyos y aliados en un contexto confrontativo de permanente oposición (CINEP, 2016).

El conflicto hace parte del desarrollo humano, una fuerza motriz que, gestionada de manera adecuada o cooperativa, contribuye a la generación de cambios en provecho del hombre (Jorge Bolaños y Alberto Costa), una oportunidad de progreso o desarrollo, entendiendo este último no sólo como el crecimiento ecnómico y la satisfacción de las necesidades básicas, sino como el fortalecimiento de las capacidades y el potencial, individual y colectivo, de las comunidades. (Progama de Desarrollo y Paz Territorial, 2016).
Basados en esta concepción dicotómica de los conflictos (positivo-negativo, crisis-oportunidad), y como indicamos anteriormente, del uso de medios positivos y oportunos para su gestión, donde las partes tengan una postura respetuosa, abierta y creativa, se espera que el resultado del diálogo sea potencialmente positivo, constructivo y transformador de la realidad. Dirección a la que apunta el método denominado “Trascend” elaborado por Johan Galtung, que busca que en el proceso del conflicto el diálogo pueda ser beneficioso para todas las partes involucradas. (Percy, 2009).

 

Gráfica 1. Triángulo del conflicto, Elaboración propia del MSD a partir del marco conceptual de Galtung
Loading...