Módulo 1
Diálogo primero
Marco conceptual en materia de conflicto y conflictividad social
1.1 Definición de conflicto y conflictividad social
Los conflictos son inherentes al ser humano y forman parte sustancial de la vida cotidiana. Todas las personas somos distintas frente a lo que pensamos, sentimos, hacemos y queremos. Estas diferencias crean situaciones de conflicto que aparecen en todas las relaciones que establecemos, tanto en el ámbito público como privado.
Por lo tanto, podemos indicar que el conflicto es un choque o contradicción que surge respecto a diferencias de opinión, creencias, intereses, necesidades, valores, posiciones, senti- mientos y recursos, que se presentan entre los individuos.
Cuando estos conflictos incorporan, no sólo a dos personas, sino a dos grupos o más (comunidades, colectivos o sectores) y se hacen públicas sus diferencias, nos encontramos ante una situación de conflictividad social.
La forma en que se gestionan los conflictos y las conflic- tividades sociales determinará si estos son positivos o negativos. Es preciso verificar si su dinámica y efectos son constructivos o destructivos.
Destruimos cuando en el marco del conflicto o la conflic- tividad social hacemos uso de la violencia y/o agresiones para fortalecer nuestra posición, sin tener en cuenta las necesidades e intereses de los demás. Construimos cuando reconocemos y aceptamos las diferencias. Consiste en reco- nocer al otro como igual y provisto de dignidad, haciendo
uso de la participación y el diálogo para alcanzar acuerdos transformadores de la realidad o de una problemática, avanzando hacia una cultura de convivencia y paz.
Por lo tanto, podemos concluir que:
El conflicto es una situación social en la que dos actores (partes), como mínimo, manifiestan y creen tener objetivos incompatibles sobre un mismo objeto de interés. (Kriesberg) O luchan por conseguir, de manera simultánea, un conjunto de recursos escasos (Wallensteen, 2019). Estos recursos se pueden enten- der como físicos: tierras, acceso al agua, mercados, bienes, o simbólicos: sentimientos, valores, creencias, percepciones o posiciones de poder, entre otros.
Por su parte, la conflictividad social se refiere a aquella situación en la que dos o más grupos tie- nen intereses incompatibles, se hace público el desacuerdo y buscan movilizar apoyos y aliados en un contexto confrontativo de permanente oposición (CINEP, 2016).
El conflicto hace parte del desarrollo humano. Es una fuerza motriz que, gestionada de manera adecuada o cooperativa, contribuye a la generación de cambios en provecho del hombre, Bolaños Carmona, J. , & Acosta Mesas, A. (2009). Una oportunidad de progreso o desarro- llo, entendiendo este último, no sólo como el crecimiento económico y la satisfacción de las necesidades básicas, sino como el fortalecimiento de las capacidades y el potencial, individual y colectivo, de las comunidades. (Progama de Desarrollo y Paz Territorial, 2016).
Basados en esta concepción dicotómica de los conflictos (positivo-negativo, crisis-oportunidad), y como se indico, a partir del uso de medios positivos y oportunos para su gestión, en el que las partes tengan una postura respetuosa, abierta y creativa, se espera que el resultado del diálogo sea potencialmente positivo, constructivo y transformador de la realidad. Concepción que se encuentra desarrollada a través del método denominado “Trascend” elaborado por Johan Galtung, en virtud del cual se busca que en el proceso del conflicto el diálogo pueda ser beneficioso para todas las partes involucradas. (Percy, 2009).