Módulo 1
Diálogo primero
Marco conceptual en materia de conflicto y conflictividad social
1.4 Factores que se deben tener en cuenta para analizar los conflictos y las conflictividades sociales.
Según el marco conceptual de Galtung (1997), en los conflictos y las conflictividades sociales confluyen tres factores que deben ser analizados para su adecuada comprensión:
- En primera instancia se debe identificar quiénes son las partes en conflicto,y respecto de ellas,evaluar su comportamiento. Se debe observar cómo actúan los diferentes actores, si buscan intereses comunes, acciones creativas y constructivas, o si tratan de perjudicar y causar dolor o daño al otro mediante el antagonismo, considerado éste como el aspecto más visible en un conflicto.
- En segunda instancia se deben analizar las actitudes de las partes, es decir, el aspecto motivacional, que se refiere a cómo sienten y piensan las partes de un conflicto, cómo perciben al otro, y cómo ven sus propias metas y al conflicto en sí mismo.
Finalmente, se debe analizar cuál es la contradicción, es decir, identificar cuál es el objeto de conflicto y cuáles son sus causas subyacentes. Normalmente al analizar un conflicto las partes se concentran en las actitudes y la conducta5, tanto la propia (que en general se auto-concibe como positiva), como en la del otro (que suele describirse generalmente como negativa), sin embargo, es primordial analizar los aspectos subjetivos, muchas veces ocultos, que sólo se hacen visibles mediante una escucha activa de cada una de las partes, aspecto que podremos profundizar en el Tercer Módulo de nuestra Caja de Herramientas.
En conclusión, para el estudio de un conflicto es preciso analizar tanto los aspectos objetivos como los subjetivos.
Según Galtung la inobservancia de estos tres factores puede conducir a una lectura limitada y llevar a una gestión inadecuada del conflicto como se enuncia en la siguiente tabla de elementos objetivos y subjetivos:
Gráfica 4. Elementos objetivos y subjetivos. Elaboración desde Restrepo, J. R. (2005)
Otra forma de entender o caracterizar un conflicto consiste en hacer uso de la metodología de las 6W:
En el Módulo Segundo de nuestra Caja de Herramientas se explica con mayor nivel de detalle la descripción de los elementos que conforman el conflicto que presentamos a continuación:
Para mayor profundidad en el tipo de conflictividades sociales, ver anexo 1 denominado taxonomía de las conflictividades sociales
1.4.1 Qué – La fuente de conflictividad o de disputa
El objeto de disputa o fuente de la con- flictividad se concibe como el elemento, material o simbólico, que da origen al conflicto, y como expusimos, es el prin- cipal elemento de análisis.
En Colombia las principales fuentes de conflictividad se centran en las siguientes temáticas: Nota 106
1.4.2. Donde – El espacio
La dimensión del espacio es un aspecto esencial en el análisis de los conflictos porque hace referencia a los límites espaciales o geográficos que pueden variar de acuerdo con las percepciones de las partes en conflicto,pero,sin duda,hay un espacio físico o un entorno en el cual la conflictividad se desarrolla y/o se condiciona. (DNP, 2020)
1.4.3. Cuándo – historia y momento en el que se encuentra el conflicto
Bajo el modelo de Galtung (1997), el conflicto tiene tres momentos:
- Un nivel latente que es teórico,deducible y Para hacer evidente un conflicto latente se parte de la base de que las personas han adoptado una conciencia de la realidad.Acorde al marco conceptual de Paulo Freire (Freire,1973) hay una estrecha conexión entre el aprendizaje lingüístico y la toma de conciencia frente a la realidad, siendo esto un llamamiento educativo para que los pobres y explotados, busquen la trasformación de su situación. Esta conciencia es una condición sine qua non, por ejemplo, para la transformación de conflictos que tienen un carácter estructural o cultural.
- Un nivel manifiesto,empírico, observable y consciente, que sólo se produce cuando ya hay conciencia,por ejemplo,de los derechos y los mecanismos de exigibilidad, unido a un proceso de movilización y de definición de objetivos que parten de asumir la realidad para proyectarse a una realidad deseada y estable- ciendo un conjunto de estrategias para (Percy, 2009)
- El conflicto en su etapa manifiesta, si no es bien manejado, puede llevar a un meta conflicto, es decir, a una agudización negativa del conflicto, llegando al uso de la violencia como en el caso colombiano en el que la falta de espacios de participación y de diálogo,o la falta de implementación de los acuerdos producto de diversos diálogos,ha conducido a más de 60 años de conflicto armado en el país.
En la etapa manifiesta los conflictos pueden presentar a su vez varias sub-etapas, no necesariamente lineales, pues estos se van transformando en el tiempo de acuerdo con la voluntad de las partes y las circunstancias Galtung (1997). Estas sub-etapas son:
i. Emergencia o surgimiento:
En esta etapa el conflicto se hace evidente, por lo general, como consecuencia de un hecho catalizador y se hace efectivo mediante la manifestación de las diferencias, puede ser a través de comunicados públicos, manifiestos, opiniones,
ii. Escalamiento:
En este momento el conflicto logra una mayor intensidad, como resultado de los nuevos patrones de interacción entre las partes enfrentadas y el involucramiento de un mayor número de grupos y personas. Se pasa de las tácticas ‘blandas’ (argumentos persuasivos, promesas) a las tácticas ‘duras’ (amenazas o violencia). El conflicto se expande en temas e involucramiento de un mayor número de grupos; las partes asumen posiciones intransigentes y los objetivos de las partes cambian. Ya no es la resolución de un conflicto a su favor sino el de causar daño a la contraparte. Aunque en esta etapa la violencia suele emerger el escalamiento no siempre genera efectos negativos. Hay casos en que se busca un ‘escalamiento táctico’ que permita que la confrontación pueda ser resuelta por un tercer actor, que de otra forma, no hubiera intervenido.
iii. Estancamiento:
Es una situación en la que ambas partes saben que no lograrán llegar a un acuerdo y ninguna esta dispuesta a ceder o cambiar de estrategia. Los costos de hacerlo son muy altos y, por lo tanto, lo más rentable desde la perspectiva de las partes es mantener y reproducir el conflicto a pesar de saber que existen pocas probabilidades de resolverlo.
iv. Negociación:
Incluso los conflictos más difíciles de abordar son susceptibles de desembocar en una fase de negociación por diversas razones: (a) la existencia de un ‘empate mutuamente doloroso’ donde, sencillamente, cada una de las partes considera que perpetuar el conflicto es mucho más costoso que negociar; (b) se presentan cambios en el interior de una de las organizaciones implicadas que, por lo general, tienen que ver con el relevo generacional de líderes y, con la imposición de una línea más proclive a la salida negociada; (iii) la intervención de mediadores externos al conflicto que traen consigo nuevas conexiones, puntos de vista y recursos que ayudan a superar la fase de estancamiento.
v. Construcción de acuerdos
Es la etapa en la que se construyen en primera instancia acuerdos que permitan disminuir la confrontación y por otra parte, definir acciones que resuelvan las causas subyacentes que dieron lugar a un conflicto que logró escalar. Por medio de los acuerdos se busca un arreglo confiable para ambas partes.
vi. Implementación de acuerdos
Como se verá en el Cuarto Módulo de nuestra Caja de Herramientas el momento de implementación de los acuerdos puede ser más extenso y complejo que la misma negociación, ya que demanda la voluntad política y una adecuada gestión que permita asignar los recursos técnicos, humanos y financieros para garantizar así la sostenibilidad de lo acordado.
Ahora bien, los momentos de los conflictos no son necesariamente lineales, pueden pasar de una fase de construcción de acuerdos a una de escalamiento, como en los casos en que las partes no cumplen las medidas acordadas, o cuando se adelanta un proceso de negociación en medio de un escalamiento para evitar daños o afectaciones mayores.
Por otra parte, y como se ha indicado previamente, la gestión del conflicto no termina cuando se llega a un acuerdo, este es un momento realmente discreto del proceso de diálogo o negociación (Lederach, 2016), con este se inicia un camino descendente para salir de la escalada, algunas veces permeado por desafíos y frustraciones, principalmente cuando la negociación se ha centrado en lo sintomático, en las expresiones más visibles del conflicto dejando de lado el epicentro del objeto del conflicto o sus causas subyacentes, que de no abordarse puede dar origen a nuevos ciclos de conflictividad. De allí la importancia del monitoreo a la construcción e implementación de acuerdos para mantener el diálogo como un proceso permanente de trabajo entre las partes. Esto lo podremos observar con más detalle en el cuarto módulo de nuestra Caja de Herramientas.
Como se indica en la siguiente tabla el conflicto o la conflictividad en su fase de escalamiento puede llegar a adoptar un desenlace violento o puede llegar por medio del diálogo a un acuerdo transformador.
A continuación, presentamos las dos alternativas.
DESENLACE VIOLENTO
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Se usa la violencia o las amenazas para resolver las diferencias. Se logra la satisfacción de los intereses individuales y particulares.
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El conflicto se percibe como un encuentro negativo e indeseable en el que las personas compi- ten y actúan para hacer daño.
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El conflicto se percibe como una relación en la que se gana o se pierde.
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Se adoptan actitudes de prevención, evasión, ataque, agresividad o se hace uso de las vias violentas con el objeto de eliminar o dañar a la contraparte rival.
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Como resultado se deterioran las relaciones, se agrede a otros, se incrementa la desconfianza, se deteriora la imágen del otro y se aumenta la frustación.
DESENLACE DE TRANSFORMACIÓN CREATIVA
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Se usa la comunicación para transformar el conflicto. Se logra que este sea visto como una oportunidad y su desarrollo puede llevar a la satisfacción de los interéses de ambas partes.
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El conflicto se percibe como un encuentro necesario en el que se actúa sin afectar a las personas (física o moralmente).
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Es percibida como una relación en que todos pueden quedar satisfechos y tranquilos.
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Se adopta una actitud de diálogo activo. El diálogo es un momento de encuentro para compartir diferencias y creencias de forma respetuosa, justa y pacífica, estimulando la capacidad creativa de las partes.
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Resultados: Se desarrolla la creatividad, nuevas ideas, se asumen responsabilidades, se crean redes de solidaridaridad, y de trabajo, se contruye convivencia.