Módulo 3
Diálogo primero
Fundamentos del Diálogo Social
1.2. Condiciones mínimas para el diálogo social.
Teniendo claridad sobre los principios que fundamentan el trabajo en las mesas de diálogo social, esta sección da una serie de recomendaciones orientadas a garantizar la fluidez del diálogo, facilitar la forma dialógica de resolución y transformación de conflictos, prever que las partes pueden levantarse de la mesa, y sobre todo, que estén encaminadas a que se logre el objetivo trazado.
1.2.1. Acoger principios básicos sobre el diálogo social.
Reiteramos la importancia de mantener en el panorama de trabajo de la mesa de diálogo los diez principios que se expusieron en la sección anterior. Tener claros los tiempos con los que se cuenta, apreciar el conflicto en su conjunto y todas sus complejidades, reconocer las diferencias en un ambiente de horizontalidad —siendo empáticos y par- ticipativos—, insistir en el diálogo como la mejor vía de resolución y transformación de las conflictividades.
1.2.2. Aportar ideas claras, definidas y ajustadas a la temática.
Para aportar de manera constructiva en un escenario de diálogo es importante participar con ideas claras y ajustadas al objetivo y temática de trabajo, evitando así dilatar el propósito de cada sesión. (Procuraduría Delegada para las Entidades Territoriales y el Diálogo Social, 2020).
1.2.3. Escuchar y reconocer a los diferentes interlocutores
Un hecho fundamental de las negociaciones, que se olvida con facilidad, es que los involucrados no son representantes abstractos de “la otra parte”. Una relación de trabajo construida en el tiempo con confianza, comprensión y respeto puede conducir a que cada nueva negociación sea más sencilla y eficiente.
1.2.4. Las discusiones tendrán lugar sobre lo fundamental.
Es importante que las partes que conforman la mesa de diálogo mantengan encauzada la discusión. Veámosla como un río, hay una corriente principal y unas ramificaciones que a veces terminan en otros sitios, y otras que vuelven al cauce central. En el río de la mesa de diálogo hay que navegar siempre atentos por la corriente principal, pese a que hay temas complementarios (las ramificaciones) que merecen ser tratados, nos pueden alejar sin retorno del tema central, o pueden hacer que se pierda un tiempo valioso en volver al asunto principal de la discusión.
1.2.5. Los disensos forman parte del proceso y deben ser registrados.
Como ya se ha mencionado, el camino del diálogo social puede tener puntos críticos en los que se identifican más disensos que consensos. En virtud de ello, se debe dejar registro de los disensos que se presenten en la mesa, observar con detalle qué asuntos han tomado más tiempo para ser tratados a profundidad y poder cerrar acuerdos. Se debe recordar que los diálogos no resuelven de manera total e inmediata las conflictividades, siempre hay un margen de acción que debe tenerse en cuenta, frente a los acuerdos que no se logran suscribir por motivos de la misma dinámica del conflicto.
1.2.6. Generar diversas opciones de diálogo
El diálogo social no es un proceso unidireccional o inalterable, por el contrario, busca desarrollar estrategias que se adapten al contexto, a las necesidades y a los actores. En ese sentido, la negociación, la mediación y el consenso cobran un valor inconmesurable, a través de cual podemos indentificar: en el dónde estratégico, el qué estratégico y el quién estratégico (Lederach, 2007)
El dónde estratégico se refiere a los espacios y su importancia en el abordaje de procesos y conflictos sociales. Son lugares de interacción social, donde se dan ejercicios cotidianos de relaciones, diálogo y construcción de acuerdos.
El qué estratégico es la decisión de abordar un tema concreto en la complejidad de un conflicto, considerando las diversas opciones de diálogo existentes. Son temas en torno a los cuales pueden reunirse personas que piensan diferente y no están en iguales condiciones en el escenario conflictivo.
El quién estratégico, se refiere a la identificación de los agentes clave del cambio, especialmente aquellos con la capacidad de construir relaciones a través de los niveles de liderazgo, autoridad y responsabilidad dentro en una sociedad.
1.2.7. Definir un objetivo medible y alcanzable.
Se debe clarificar qué queremos y hacia dónde orientamos la mesa de diálogo social, de lo contrario, los diálogos sufren un estancamiento y los encuentros no alcanzan un propósito concreto. Una herramienta útil para tener claro este panorama es la definición de indicadores de gestión y de impacto. Las cualidades de los indicadores, que veremos con más detalle en el módulo 4, están dadas en tanto sean específicos (que tengan características de calidad, cantidad y tiempo), realizables (probabilidad de que la meta pueda cumplirse en el contexto), medibles (que puedan cualificarse o cuantificarse y valorar si la información necesaria para construirlo se puede obtener), y enmarcados en una franja de tiempo (expresar plazos de cuándo se alcanzarán las metas). (García Giraldo, 2016)
1.2.8. Identificación de visiones conjuntas de los participantes.
No hay que dejar de compartir los intereses, visiones, acuerdos o disensos de la temática abordada con otros participantes. Es importante transmitirlos, teniendo en cuenta que es un espacio de diálogo horizontal que busca construir alternativas desde una perspectiva colectiva.
Hay una tendencia a suponer que las posiciones opuestas guardan relación con interés contradictorios o que se alejan de los propios, sin embargo, es preciso hacer un análisis detallado de los puntos de encuentro o vasos comunicantes, dejando de lado las posturas y dando prioridad a los objetivos comunes.
1.2.9. Identificar, analizar y comprender el problema a partir de los aportes de los participantes.
Las nociones que las partes tienen sobre conceptos asociados a diálogo, acuerdos, características y tipos de conflictividades, y resolución y transformación de los conflictos, son elementos que contribuyen en la definición de la problemática, sus causas y efectos, la identificación de obstáculos y ventanas de oportunidad, aportando a una narrativa que de sentido a las relaciones en curso.
Ahora bien, para identificar, analizar y comprender una conflictividad en su complejidad es importante, a partir de los aportes de los participantes, resolver preguntas como:
- ¿Qué tipo de conflicto social se está presentando en el territorio?
- ¿Cuáles son las características de este conflicto?
- ¿Quiénes intervienen en este conflicto?
- ¿Cómo podría el diálogo social facilitar el acercamiento entre actores para la construcción de confianza en las relaciones sociales?
- ¿Qué los moviliza?
- ¿Cuáles son los obstáculos?
- ¿Qué debe pasar para que la percepción de paz tenga un enfoque constructivo y transformador? (Bush & Salamanca, 2016, pág 11 – 13) Desde las experiencias y realidades de los participantes hay que cuestionarse sobre cuál sería la mejor estrategia para transformar el conflicto.
1.2.10. Generar empatía
La empatía es la capacidad de percibir pensamientos y emociones de nuestro interlocutor, a partir del reconocimiento del otro como similar. Sus principales atributos son:
- Reconocer la perspectiva de la otra persona como verdadera.
- No emitir juicios de valor.
- Reconocer las emociones de otra persona.
- Comunicación asertiva. (Brown, 2017)
1.2.11. Co-creación
La co-creación responde a las preguntas: ¿Qué podríamos hacer?, ¿De qué forma podemos hacerlo?, ¿De quién necesitamos para hacerlo?, ¿Qué medios podríamos utilizar? y
¿Cuál sería la metodología?
Los espacios o plataformas de diálogo social permiten desarrollar relaciones continuas y son los medios efectivos que podemos utilizar para gestionar y transformar los conflictos, ya que las personas que participan en estos escenarios generan procesos, iniciativas y soluciones crea- tivas a las problemáticas inherentes al conflicto social. Una plataforma de diálogo social es un espacio que debe sostenerse en el tiempo con una visión a largo plazo, y responder con nuevas ideas a problemas inesperados y emergentes. (Lederach, 2007).
1.2.12. Cultura de diálogo
Cuando estamos hablando de cultura de diálogo nos referimos a factores asociados a la conexión con otros actores, integralidad de temáticas y búsqueda de un objetivo compartido. Se trata de un conjunto de acciones encaminadas a privilegiar el diálogo a través de prácticas que favorezcan la diversidad cultural y el pluralismo participativo a nivel nacional, regional y municipal, con el fin de desactivar y transformar expresiones de violencia; destacar y fortalecer principios y prácticas que conduzcan a un acercamiento y reconocimiento del otro.
Esta forma de diálogo valora la innovación, la flexibilidad de opiniones, el aprendizaje y el consenso.