Módulo 3
Diálogo segundo
Etapas del proceso de diálogo social.
2.4 Seguimiento y evaluación
El diálogo no culmina con la suscripción de los acuerdos. El diálogo debe ser concebido como una actividad permanente de lo acordado en la etapa de implementación, presentando grandes desafíos que pondrán a prueba la voluntad política y la confianza entre las partes.
Una vez suscrito un acuerdo las partes deben definir una estructura de segui- miento, monitoreo y reporte que tendrá por objeto:
Adelantar el seguimiento al plan de implementación, es decir, a la gestión de las medidas acordadas, para tal efecto, el equipo de monitoreo tendrá que:
Validar si se invirtieron o no los recursos humanos, técnicos y financieros necesarios para dar cumplimiento a las acciones acordadas.
Verificar si las medidas acordadas se realizaron con las características y condiciones definidas.
Revisar si las medidas acordadas se implementaron de forma oportuna y si se produjeron retrasos o dificultades en la implementación, identificar sus causas y reformular tiempos, medidas o estrategias. Esta reformulación puede llevar a convocar nuevamente a la mesa de diálogo, valorar si se requiere la participación de actores adicionales y verificar la pertinencia de las medidas diseñadas.
Adelantar el seguimiento al impacto de los acuerdos
Si las medidas acordadas conjugaron o transformaron las causas del conflicto o si por el contrario las medidas fueron inocuas, por lo que habría que volver a identificar las causas y redefinir o reorientar las medidas para encontrar soluciones complementarias.
Realizar seguimiento a factores externos de riesgo para el cumplimiento como variaciones del contexto o el surgimiento de barreras en la implementación:
En la fase de diseño de los acuerdos, como se indica en la metodología de consensos, se tendrá que prever los factores externos que podrían afectar la implementación de este, y para tal efecto, diseñar los planes de
En la fase de seguimiento se tendrán que monitorear los riesgos o factores externos y advertir de forma oportuna a las partes, con el fin de activar los planes de contingencia, el plan de implementación y acordar medidas nuevas o complementarias.
Invitamos a continuar leyendo el cuarto Módulo de esta Caja de Herramientas en el que se abordará la metodología para establecer un sistema de monitoreo a los acuerdos resultantes del diálogo social, indicando la importancia de definir un plan de seguimiento que incorpore indicadores de gestión y de impacto, definición de responsables, tiempos de recolección de información y mecanismos de reporte.
Conclusiones:
En este tercer módulo analizamos las condiciones fundamentales que se deben tener en cuenta en la implementación de un espacio de diálogo, tomando como referencia los principios fundamentales, factores de éxito y de riesgo que pueden afectar o potenciar los resultados, y etapas del proceso (fases de exploración, puesta en marcha y desarrollo de metodologías), que pueden ser impulsadas por entidades del Estado, ministerio público, líderes, lideresas y personas defensoras de derechos humanos o sector privado.
La interiorización y aplicación de esta metodología permitirá impulsar el diálogo social como un vehículo para transformar los conflictos que tiene el país, aportando a equilibrar las condiciones de acceso a la participación real y efectiva, permitiendo garantizar este derecho y fortaleciendo la gobernanza territorial.
De esta forma, el diálogo social se ha propuesto como un proceso en el que se reconoce al otro en su diversidad y otredad, que busca alcanzar la construcción de acuerdos, consensos y visiones comunes y compartidas, a partir del reconocimiento de reglas mínimas y legitimas con el objetivo de compartir y coexistir en un mismo territorio.
Desde esta perspectiva, podemos afirmar que el diálogo social se convierte en el elemento esencial frente a la transformación de conflictos, excluyendo la violencia, activando y operando redes y procesos de colaboración armónicos entre diversos actores, siendo capaz de trascender obstáculos asociados a factores políticos e ideológicos, fomentar la garantía del derecho a la participación ciudadana, y elaborar una hoja de ruta compartida, incluyente y común para adoptar acciones de cambio.
El diálogo social entonces puede ser visto como la metodología y el mecanismo para tejer acuerdos y visiones compartidas sobre lo fundamental entre la sociedad civil, el sector privado, las instituciones públicas y la academia, a partir de una premisa fundamental, enmarcada en la confianza ciudadana frente al diálogo para alcanzar una convivencia pacífica.