Módulo 3

Diálogo segundo

Etapas del proceso de diálogo social.

El proceso de conformación y gestión de un espacio de diálogo social varía de un territorio o sector a otro, su funcionamiento no es estándar, dependerá del acuerdo entre las partes y de las condiciones políticas, culturales y sociales del lugar en el que se esté presentando el conflicto, sin embargo, hay algunas etapas necesarias que sugerimos se tengan en cuenta por parte de las autoridades gubernamentales, ministerio público, líderes y lideresas sociales o del sector privado, cuando se toma la decisión de impulsar un espacio de diálogo social, que cumpla con los principios y condiciones mínimas para que sea eficaz en su gestión.
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2.1 Etapa de Exploración

La etapa de exploración para el diálogo social implica lograr un entendimiento integral del conflicto. Para tal efecto, es preciso observar los aspectos objetivos y subjetivos que lo conforman. Si se omite alguno de estos aspectos, como lo indica el profesor Johan Galtung Concha, P. C. (2009), nuestro entendimiento de la conflictividad podría ser parcial y al momento de emprender un proceso de diálogo podríamos dejar de tomar en consideración algunos de los aspectos e intereses relevantes para alguna de las partes o de los grupos afectados.

A continuación, presentamos un resumen de los elementos básicos que conforman el análisis a profundidad del conflicto y soportan la fase exploratoria del diálogo social:

2.1.1. El espacio geográfico y el contexto en el que tiene lugar el conflicto:

Los conflictos se manifiestan en contextos específicos y están inmersos en dinámicas locales, regionales, nacionales y/o internacionales. Los conflictos pueden ser afectados, agudizados o atenuados por esos contextos (Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, 2007). En virtud de ello, se deben analizar las variables e indicadores señaladas en el segundo módulo de la Caja de Herramientas con las que se puede establecer el contexto en los campos económico, político, cultural, social e institucional y algunos niveles básicos de impacto o incidencia de esos factores sobre el conflicto.

2.1.2. El objeto de disputa y sus causas:

Para determinar las causas del conflicto, además de realizar las entrevistas individuales con representantes de cada una de las partes en conflicto, se sugiere desarrollar un grupo focal en el que se haga uso de la metodología del árbol de problemas. Bajo esta metodología cada una de las partes de manera independiente podrá identificar cuál es el problema principal, en las raíces del árbol indicar las causas, y finalmente, en sus ramas señalar las manifestaciones de conflicto.

Una vez aplicado el ejercicio con cada una de las partes, se deben contrastar los resultados para concluir cuáles son los aspectos comunes identificados como causas del conflicto, y cuáles son sus manifestaciones, de forma tal que estas puedan abordarse en la construcción de la agenda para el diálogo social

A continuación, presentamos un modelo del árbol para el análisis del objeto del conflicto y sus causas.

 

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2.1.3 La identificación de las partes, sus intereses y actitudes.

En el marco del diagnóstico del conflicto se debe identificar quiénes son las partes del conflicto y los actores involucrados en el mismo. En esta Caja de Herramientas (Módulo 2), sugerimos la aplicación de una matriz de actores que permite establecer quiénes podrían tener algún poder o influencia en el conflicto y/o en su transformación.

El análisis de las relaciones permite identificar las tensiones entre las personas u organizaciones, quiénes tienen una relación estrecha, alianzas, relaciones ocasionales, relaciones de poder o subordinación, conflictos o relaciones deterioradas. El objetivo de este mapeo/identificación de actores no es excluir a alguno de ellos, por el contrario, se trata de vincular y aumentar la base social e institucional para entrar en un proceso de diálogo y deliberación que tenga en cuenta los actores y el tipo de relaciones que existen al momento de definir su participación en el diálogo. (Barrera, 2016).

Finalmente, el análisis de los actores, su poder, influencia y relaciones, debe complementarse con un análisis de las actitudes de las partes frente al conflicto. En virtud de ello se debe indagar con cada parte:

  • Si reconoce la existencia del conflicto. 
  • Si tiene interés en participar en un espacio de diálogo para abordar el conflicto.
  • Si le da temor enfrentar el conflicto.
  • Si piensa que la situación puede mejorar o empeorar producto de un espacio de diálogo en tornoal conflicto.

  • Si se siente con las capacidades y habilidades necesarias para entrar en un proceso de diálogo.

  • Si piensa que el conflicto no tiene solución por la vía dialogada.

  • Si tiene un objetivo definido frente a la participación en un espacio de diálogo.

  • Si proyecta cuáles serían las rutas que podría tomar el conflicto.

  • Cuál sería el mejor y el peor escenario posible.

  • Qué estrategias u acciones podrían transformar el conflicto en el mejor y peor escenario.

Como resultado de esta indagación se puede llegar a conclusiones sobre las actitudes de las partes frente al diálogo, tanto a nivel individual, como colectivo. Estas actitudes según el marco conceptual de Vincenç Fisas (2005) pueden clasificarse de acuerdo a si acepta, evita o niega el conflicto de la siguiente manera:

  • Superación (se reconoce la existencia del conflicto y hay voluntad de superarlo).
  • Ventaja (se reconoce la existencia del conflicto y se procura sacar provecho de este).

  • Negación (se evita reconocer la existencia del conflicto).

  • Evasión (se reconoce su existencia, pero sin deseos de enfrentarse a él).

  • Acomodación (se reconoce su existencia, pero se opta por no darle respuesta alguna).

  • Arrogancia (se reconoce su existencia, pero sin darle una respuesta adecuada).

  • Agresividad (se combate con una respuesta hostil, violenta y/o militar).

La actitud y el poder de cada una de las partes serán aspectos determinantes de las posibilidades de gestión o transforma- ción del conflicto. Cuando hay un reconocimiento de este

por las partes implicadas, siempre será más fácil entrar en una vía negociadora, mientras que la actitud elusiva da lugar

a que se produzca un agravamiento de las tensiones y una escalada del conflicto (Ídem).

2.1.4. Los hechos que han ocurrido en torno al conflicto.

Se deben analizar las manifestaciones del conflicto en el tiempo, es decir, las denuncias, paros, plantones, acciones de comunicación, etc. El análisis de los hechos permite determinar, no solo la evolución del conflicto, también el momento en el que se encuentra. En este sentido la evolución y el momento del conflicto son determinantes para establecer las estrategias y condiciones del diálogo.

2.1.5. Las posibles afectaciones actuales o potenciales del conflicto.

Es preciso identificar o predecir cuál podría ser el curso de acción de las actuaciones en escenarios de diálogo en el caso en que persista el conflicto o llegase a intensificarse. Asimismo, no se puede perder de vista el surgimiento de nuevos conflictos como consecuencia de aquel que dio lugar al espacio de diálogo y los efectos que podría tener sobre los participantes.

2.1.6. La existencia de espacios de diálogo previos.

Una vez culminada la fase exploratoria de análisis de la conflictividad, con la identificación de la voluntad de las partes de iniciar un proceso de esta naturaleza, y la definición de los actores que podrían tener poder e influencia en el conflicto y en su gestión, se puede avanzar en la conformación del espacio de diálogo.

Para la construcción del espacio de diálogo se sugiere tener en cuenta los siguientes pasos:

  • Desarrollo de los aspectos preparatorios.
  • Convocar a las partes y actores en el escenario de diálogo.

  • Determinar el rol que jugará cada uno de los actores que harán parte del escenario de diálogo.

Ejercicios para la acción

Módulo 3: Diálogo segundo - 2 - Etapas del proceso de diálogo social.

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